Jue. Mar 28th, 2024

Shakira lo explotó con su tema “Rabiosa”, desde hace años se extiende por toda América Latina y ahora, desafiando los convencionalismos sociales y la criminalidad que impera en el país, un grupo de jóvenes ha salido a la calles de Caracas para imponer el pole dance en Venezuela.

Aburrida de hacer pole dance en una sala de gimnasio o en su casa, Ermelinda Maglione, una periodista de 25 años, invitó a un grupo de amigas a realizar la práctica en sitios públicos.

Así surgió hace unos tres meses esta iniciativa que ha despertado la atención de medios locales y de sorpresivos transeúntes que se han topado con las jóvenes en sus sesiones callejeras.

“Uno ve por internet que otros países lo hacen… y yo dije: sería fino también empezar aquí nosotras”, comentó Maglione a la Associated Press al recordar qué fue lo que la inspiró al invitar a nueve amigas a hacer pole dance callejero.

“Quisimos levantar un tabú”, dijo desafiante Franceska García, una administradora de 28 años, al insistir que esta actividad con sus amigas “no es sensual, lo que hacemos es fitness, es acrobacia”.

Para estas jóvenes, desafiar a la sociedad venezolana, que es conservadora en algunos temas y liberal en otros, no ha sido fácil. Keryne Esté, una arquitecta de 31 años, indicó que a raíz de la nota que publicó en junio pasado el diario local El Universal sobre sus prácticas, una lectora envió un mensaje a la página de internet del medio señalando que le “parecía una falta de respeto que lo hiciéramos en un sitio público donde hay niños que van a tomar ese mal ejemplo”.

“No estamos en los columpios, estamos en los trapecios…nosotras no hicimos ningún baile. Nosotras estamos haciendo figuras acrobáticas”, dijo Esté al recordar lo que le replicó a la lectora Elba Moya, una enfermera de 76 años.

García admitió que las complicaciones para practicar el pole dance en las calles de Caracas no solo vienen por el lado de las críticas, sino también por los temores propios de vivir en un país azotado por una creciente delincuencia, y las dificultades que enfrentan para ubicar tubos las dimensiones adecuadas.

Es difícil conseguir tubos que se adecuen a lo que nosotras hacemos. Casi siempre son muy gordos y uno no se puede agarrar”, acotó.

Con una tasa de 50 homicidios por cada 100.000 habitantes, Venezuela es considerado uno de los países más violentos de la región.

Las jóvenes tratan de manejarse con naturalidad al momento de hacer sus acrobacias en un tubo de metal de casi tres metros de alto y unos 45 centímetros de diámetro, que encontraron en medio de un parque del este de la capital, pero es inevitable que despierten la atención y el asombro de los desprevenidos transeúntes.

“Me encanta para la figura, para el cuerpo, el espíritu, la mente. Eso es una maravilla”, dijo Ilia de Ramírez, una ama de casa de 60 años, tras contemplar atentamente a una de las jóvenes mientras se levantaba horizontalmente en el tubo sostenida solo por sus brazos.

Antonio Cova, sociólogo y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, dijo a la AP que las críticas que han surgido a que se haga la disciplina en los sitios públicos de la capital viene dada por los orígenes de la práctica que inicialmente se desarrolló en sitios nocturnos.

“En la medida que vaya pasando el tiempo eso va ir perdiendo ese carácter (de resistencia)”, dijo Cova al explicar que la sociedad venezolana irá asimilando esa práctica callejera en la medida en que se tenga más información sobre el tema.

El pole dance, que era una práctica exclusiva de locales nocturno de strip-tease, comenzó a popularizarse en el mundo en los años 90 luego que la bailarina e instructora canadiense, Fawnia Dietrich, estableció en su país la primera escuela abierta que animó a otros a utilizar la disciplina como alternativa de ejercicios.

Desde Australia, pasando por Japón, Italia, Inglaterra, España hasta Estados Unidos y Canadá, el pole dance se ha popularizado de manera creciente en los últimos años, lo que ha llevado a algunos a considerarlo como la “gimnasia del momento” gracias a que combina ejercicios tradicionales con coreografías sensuales, y permite a sus practicantes tonificar sus figuras y bajar rápidamente de peso.

A Latinoamérica el pole dance llegó con cierta demora en comparación con el resto del mundo. Argentina y Brasil se mantienen a la cabeza en la región con decenas de escuelas y centenares de practicantes.

Desde hace unos cuatro años, en países como Colombia, Venezuela, Chile, México y Perú también se ha expandido la disciplina a nivel de gimnasios y academias privadas.

“El pole dance en Colombia diría que es una tendencia que está naciendo y se está metiendo a las ciudades”, afirmó la instructora de pole dance colombiana, Paola Andrea Martín, de 27 años, al reconocer que a medida que se tiene conocimiento de la disciplina se ha ido rompiendo el tabú.

“En sus inicios sí se manejaba el pole dance para las mujeres, pero en este momento, digamos, ya se ha desligado…porque en este momento (entre) los hombres tiene una buena acogida”, dijo Martín.

A diferencia de sus vecinos de Colombia, México, Brasil y Argentina, entre los venezolanos existe cierta reticencia a practicar el pole dance, afirmó el instructor y bailarín de danza contemporánea, Grey Betancourt, quien reconoció que “la mayoría de los chicos que practicamos pole somos homosexuales“.

En Colombia y México se ha llevado adelante iniciativas de pole dance urbano para ampliar el conocimiento sobre la disciplina en esos países.

En los últimos dos años un grupo de escuelas de México ha celebrado un “día nacional de pole dance urbano” para promover la práctica y demostrar que es “un arte y como tal se le puede ver con todo y la connotación sensual que lleva”, indicó a la AP Erandi Montes Margalli, una de las organizadoras del evento y directora de una escuela de pole dance la capital mexicana.

Por Faviola Sánchez – Associated Press. Foto por AP.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *