Tuvimos una grata conversación con José Alcides Piñero, otra promesa más del Pole Dance en Venezuela. Tiene 29 años de edad y es Administrador de Empresas. Actualmente pertenece a la “Compañía Danzas Venezuela” de la maestra Yolanda Moreno, un caraqueño que creció en los Valles del Tuy.
– ¿Desde cuándo practicas Pole Dance , dónde y con quién aprendiste?
Tengo exactamente un año y dos meses dentro de la disciplina, en Salón de Baile 1 2 3 bajo la tutela de la profesora Jessica Bustamante.
– ¿Practicabas otro deporte antes de empezar con el pole?
Nunca he practicado otro deporte, sin embargo, soy bailarín profesional dentro del género del Jazz y ya esta carrera tiene bastante exigencia física.
– ¿Ha sido difícil entrar en un mundo dominado por mujeres?
Algo, todavía se manejan ciertos tabúes referentes a la disciplina, incluso en el género femenino, pero hay un movimiento bastante interesante dentro del país que le ha dado cierta popularidad a esta actividad. Al igual que yo, ya hay una buena cantidad de chicos haciendo Pole Dance, debido sus grandes beneficios.
– ¿Qué opina tu familia y amigos de que practiques Pole Dance?
Bueno, ¡mi mamá ya está practicando en el pole que instalé en la casa! [risas] Soy afortunado en tener una familia que me apoya. Mi hermano siempre sube mis fotos y videos en su perfil de Instagram.
– ¿Cuál es tu objetivo más cercano en la disciplina?
En estos momentos estoy entrenando duro porque quiero participar en los próximos campeonatos.
– ¿Competiste alguna vez? ¿Ganaste algún premio?
El año pasado participé en el Campeonato Nacional de Pole Venezuela logrando el 2do lugar en categoría duplas, y luego obtuve el 1er lugar en categoría masculina en la primera edición de Estrellas del Pole Dance.
– ¿Tienes alguna anécdota que quieras compartir con nosotros?
En mi primera competencia tenía solo dos meses practicando pole. La verdad, me sentí muy minimizado cuando vi a todos estos competidores haciendo cosas tan asombrosas, incluso en camerinos. Los chicos calentaban haciendo paradas de manos y yo humildemente estiraba mis piernas una por una [risas].