Jue. Jul 17th, 2025
samilou sanders

Samilou Sanders es dueña de un estudio de pole dance Christchurch, Dorset, Inglaterra y está a punto de ganar la batalla para mantenerlo abierto a pesar de que sus vecinos se han quejado numerables veces por “ruidos molestos” y “música fuerte”.

El estudio que tiene casi dos años enfrentando la oposición de residentes locales que desean cerrar su negocio porque se encuentra en una zona exclusivamente residencial. Los vecinos alegan que las clases generan un impacto “devastador” en su calidad de vida, señalando ruidos, gritos, música alta y problemas de estacionamiento. Una de las voces más críticas ha sido la de la concejala Margaret Phipps, quien considera que el negocio “no es apropiado” para un vecindario residencial.

Sin embargo, Saunders, madre y única empleada de su estudio, sostiene que las objeciones responden más a prejuicios sobre el pole dance que a verdaderas preocupaciones por la tranquilidad del vecindario. “Algunos comentarios fueron horribles y chocantes”, declaró. “Me siento intimidada. Ya no puedo ni saludar ni sonreírles a los vecinos sin sentir incomodidad”.

Saunders, ahora en sus cuarentas, trasladó su estudio a su hogar durante la pandemia del COVID-19, luego de cerrar su anterior local en Bournemouth. A raíz de la crisis económica, decidió continuar con las clases desde su bungalow. Trabaja unas 20 horas por semana y organiza sesiones para un máximo de ocho personas, generalmente en horarios reducidos: uno o dos turnos al día, alrededor de las 10:00 am y nuevamente a las 6:00 ó 7:00 pm.

En enero, se vio obligada a presentar una solicitud de planificación retrospectiva ante el Ayuntamiento de Bournemouth, Christchurch & Poole (BCP) para poder seguir operando legalmente desde su vivienda.

La solicitud pudiera ser aprobada

Afortunadamente para Saunders, los funcionarios de planificación han recomendado aprobar la solicitud. El informe redactado por el funcionario Peter Walters sugiere imponer condiciones para reducir posibles molestias, como límites de horario (de 9:00 am a 9:00 pm entre semana, y de 9:00 am a 12:00 pm los fines de semana) y medidas para evitar el ruido.

Saunders asegura que su estudio cuenta con aire acondicionado, por lo que las ventanas y puertas permanecen cerradas durante las clases. Además, afirma que no se reproduce música durante las sesiones, contradiciendo lo expresado por algunos vecinos.

No obstante, residentes como Alan Forage, un científico retirado de 83 años, insisten en que los sonidos son claramente audibles, especialmente en verano. “Lo único que queremos es paz y tranquilidad”, afirmó.

Otros vecinos expresaron preocupaciones similares. John Thompson denunció el deterioro del entorno debido al estacionamiento en las aceras, y el matrimonio de Dorothy y Michael English aseguró que su bienestar mental se ha visto afectado. “Ya no podemos usar nuestro jardín con libertad”, comentaron.

La decisión final quedará en manos del comité de planificación del BCP, que votará la próxima semana. Saunders se mostró esperanzada, aunque aún nerviosa. “Me han dicho que los concejales necesitarían una razón de peso para rechazar la recomendación del funcionario”, declaró.

Más allá del resultado, la instructora espera poder dejar atrás la tensión: “Espero que, cuando todo esto termine, podamos seguir adelante… aunque no siento que estemos allí todavía”.

Fuente: MSN

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