Sáb. Abr 20th, 2024

No es secreto para ningún venezolano los momentos difíciles que se viven hoy en día en nuestro país. Es una situación que ha afectado todas las aristas de la vida cotidiana, incluida la práctica del pole dance. Ni siquiera importa la posición política que tengas, la realidad es que hoy en día practicar pole dance en Venezuela se ha vuelto complicado. Desde poder llegar a clases con las diversas manifestaciones que tienen lugar casi todos los días, pasando por la escasez de profesores, estudios que cierran y la depresión que sufren algunos/as para salir de la casa y hacer una actividad alegre.

Tal es el caso de Gabriela Oviedo que quiso compartir sus sentimientos sobre sus prácticas de pole: “Vivo y estudio en estados diferentes. Estudio en Valencia (Carabobo) y es donde veo mis clases de pole, pero soy de Acarigua. Tengo dos semanas sin poder ir al estudio porque con todo lo que está pasando me tuve que regresar a mi casa“.

Dice que extraña mucho hacer pole y que en la ciudad donde se encuentra ahora hay una sola academia que ofrece clases un solo día a la semana, cuando ella estaba acostumbrada a ir de lunes a jueves y hasta a veces los viernes. “Me encantaría tener un pole en mi casa“, expresa Gabriela, “pero es carísimo y no puedo comprarme uno para practicar”.

Una barra de pole dance cuesta alrededor de $300, que equivale para el día de hoy aproximadamente a cuatro millones y medio de bolívares al cambio no oficial, que es lo mismo que decir casi 18 sueldos mínimos integrados.

Bladimir Vásquez, conocido profesor y competidor de pole dance en Venezuela también quiso hablar de su experiencia con la práctica de esta disciplina estos últimos meses. “Antes viajaba más seguido a entrenar en Venezuelan Pole Institute, pero desde que comenzaron las manifestaciones no pude ir más”, dice el atleta. “Normalmente entreno en el estudio donde doy clases en Barquisimeto (Lara), pero todo ha bajado: desde el ánimo de los alumnos hasta la cantidad de personas que iban a recibir clases, y por ello el estudio cerró y me quedé sin trabajo“.

Este profesional del pole probó dando clases en su casa pero también se enfrentó a algunas dificultades porque los alumnos a veces no se podían trasladar al lugar debido a las protestas de calle que se han suscitado. “Actualmente tengo casi tres semanas sin entrenar porque me dejé llevar por todos esos bajos ánimos y caí en una especie de depresión porque para mi el entrenamiento es una forma de vida”, dice con mucho pesar Bladimir. “Este 11 de agosto me voy a República Dominicana que es un destino que he visto ha estado creciendo mucho en cuanto al pole dance se refiere y me resulta atractivo”, admite.

Lastimosamente estas dos historias no son las únicas que existen hoy en día, en cuanto al pole dance se refiere en Venezuela. La profesora Keryne Esté de Star’s Pole Dance dice que el estudio ha permitido que las alumnas recuperen clases cualquier otro día que deseen, en caso de no poder asistir dentro de su horario. Asimismo, indica que la academia cierra cuando las protestas o trancas han afectado la zona.

Jessica Da Costa, directora del estudio caraqueño Venezuelan Pole Institute, explica que allí también se le permite al alumnado recuperar clases, siempre y cuando haya cupo en el horario deseado. Es una opción que seguramente será apreciada por muchos atletas ya que hoy en día una clase de pole ronda entre los Bs. 2.500 y Bs. 3.600 y mensualidades de hasta Bs. 20.000.

Hoy más que nunca la comunidad de pole dance en Venezuela debe permanecer unida, tras este período difícil que se está transitando. Confiamos en que muy pronto las cosas puedan cambiar y que el deporte siga creciendo en el país.

Ermelinda Maglione

Foto cortesía Pole Dance Maracaibo

Por admin

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